LA INCONSCIENCIA DE UNOS SE
BLANDE ANTE LA IMPOTENCIA DE OTROS
Blandiendo como
espadas la impudicia,
son muchos los que imponen
su injusticia con violencia,
sobre un mundo que
recorren y destrozan, sin encontrarse oposición ni obstáculos,
reconociendo el daño
que ocasionan, aunque impunes pisotean los cuerpos,
de todos aquellos que
consideran enemigos, porque no piensan como ellos,
y los desmiembran sin
esfuerzos cuando pasan, volviéndolos simple polvo del camino,
validando de esta forma
sus torvas pasiones como razones,
mientras argumentan que
son legales todas las muertes que provocan.
Con este teatro como escenario
de la vida, la humanidad, se encuentra confundida,
desprotegida y desarmada,
ante esas espadas que se blanden como si fueran poca cosa,
y que aquellos impúdicos
utilizan como argumento ante una guerra declarada
por quienes se
escudan en el silencio y en la impotencia de la nada,
facilitándoles la
ofensa sin conciencia, a unos seres que dicen poseer inteligencia.
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