UNOS
MONJES POSESOS
Como unos monjes estrafalarios y extraños,
una gran parte de la humanidad desfila por el mundo cual
posesos,
con cachuchas en la cabeza y escapularios en sus manos,
pasándose entre los dedos unas cuentas de uranio,
mientras rapean en dialectos urbanos rezos huraños
con los que manifiestan su incredulidad de una cruda realidad.
Quienes se consideran obispos de estas sectas selectas
ejemplifican a los que critican con saña la única verdad de
una especie,
la que se deshace en sus manos y en su propia vanidad.
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