AUNQUE
UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO SI PUEDE SER INDICIO DE UN TEMPORAL
En Colombia entramos en un año crucial, aunque el resto del
mundo se desmorone ante nuestros ojos, porque internamente tenemos que batallar
para que, en las próximas elecciones, las regionales, lleguen a la
administración pública movimientos políticos, y dirigentes, distintos a los que
estamos y nos hemos acostumbrados elegir.
Según los últimos estudios y censos poblacionales, las
estadísticas marcan una ciudadanía y habitantes mayoritaria de adultos, lo que
debería indicar individuos menos pasionales y más racionales ante una realidad
crítica y tenaz, que no nos da espera ni permite más errores, aunque se tiene
que admitir que hasta ahora a los colombianos nos ha caracterizado una fuerte
despreocupación social y cierta indolencia ante los fracasos y asaltos permanentes
de los gobiernos de turno, lo que vuelve incierta una necesaria y gran
participación en estos comicios electorales.
Sin embargo, no podemos perder las esperanzas, ya que se hace
perentorio y crucial poner en el poder institucional y regional a funcionarios
diferentes a los ya tradicionales, volviéndose necesario estudiar y filtrar
seriamente, y de manera personal, las hojas de vida y las carreras, de aquellos
que se están postulando para ejercer esos cargos, para así no caer nuevamente
en la falla y el error, tan normales hasta hoy, de elegir a movimientos y a
políticos que solo llegan con la firme intención de aferrarse a ese poder para ya
con él apropiarse de los recursos públicos, transformando al erario en un botín
personal, como viene ocurriendo una y otra vez.
Aunque la sabiduría popular y general marca que “una
golondrina no hace verano”, para indicar y manifestar que los cambios
individuales de un país, como sería el caso de Colombia, no hacen diferencia sí
todo el mundo no se embarca en lo mismo, si podemos ser el punto de partida de un
principio, al dar un ejemplo de cambio y al asumir una actitud inteligente,
ante una cruda realidad que está paniquiando y asustando a toda la humanidad,
al estar ésta entrando en una espiral de irracionalidad manifiesta, aupada por
una sed de riqueza individual y personal que promueven insistentemente campañas
de movimientos políticos y religiosos, poderosos en recursos económicos,
quienes vienen dando una infame lucha por desmontar y desmejorar grandes
avances sociales, logrados a través de muchos años de esfuerzo por gran parte
de la humanidad, azuzando con ellas el miedo de los individuos, ante los actuales
altos índices de violencia y corrupción, teniendo que aceptar que han sido y
son provocados por perversas y torpes políticas mundiales hacia temas vitales,
con las que están culpando a los otros movimientos políticos, sobre todo a los que
son verdaderamente liberales, y a la izquierda democrática, y de paso con ello
al socialismo en general, de todos los males y los horrores habidos y por
haber, y con eso dando a entender como si en estos ellos mismos no tuvieran
nada que ver.
Por eso es de máxima importancia convocar a todos los
colombianos para que en estas próximas elecciones nos movilicemos de forma
masiva y le sirvamos al mundo como ejemplo.
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