DETRÁS
DEL RASTRO HAY ROSTROS
Desde hace un largo tiempo,
unos negros nubarrones se posan sobre la piel de la Tierra,
que despellejada y adolorida impávida los soporta,
trayendo consigo los más oscuros propósitos y las más
terribles intenciones,
sin que los seres humanos siquiera los adviertan o noten.
Siniestros y perversos personajes, usando cualquier tipo de
argucias,
de la indolencia general se aprovechan,
reclamando entonces para ellos solos ríos, mares y montañas,
y luego todo aquello que les pertenece a todos,
incluyendo el aire que respiramos y el agua que nos tomamos.
Así es como hoy todos los grandes avances sociales,
como los servicios de salud y de educación universal,
igual que todos aquellos otros servicios públicos de
cobertura general,
que tantos muertos demandaron para lograrlos,
ahora hacen parte de empresas y conglomerados privados,
que utilizando todo tipo de patrañas y violencia se los
tomaron,
dejando detrás de ellos, y de nuevo, un gran reguero de
sangre,
tras el rastro de los que con ganas y garras se opusieron.
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