viernes, 21 de julio de 2017

EL ASUNTO NO ES CUESTIÓN DE CAPITALISMO NI DE COMUNISMO, ES DE CONSUMISMO

EL ASUNTO NO ES CUESTIÓN DE CAPITALISMO NI DE COMUNISMO, ES DE CONSUMISMO

A estas alturas de nuestra evolución, como especie y como sociedades, es patético, absurdo y hasta anticuado seguir viendo al mundo, y a la vida, bajo el prisma de los tradicionales colores azul y rojo, por denominar de alguna manera las posiciones conservadoras o de izquierdas, como las únicas visiones políticas de manejar a las naciones.                                                                                                         
Porque con el conocimiento adquirido hasta el momento, como humanidad, deberíamos estar imbuidos en resolver los problemas que nos ha ocasionado el desarrollo, y la actual manera de vivir, donde el consumo irracional y excesivo de materias y mercancías es el foco del meollo, y no estar enfrascados en discusiones políticas, que lo único que hacen es dilatar las trascendentales tomas de decisiones, sobre cuál es la forma acertada de existir, y convivir en el planeta con los demás seres.
Por ejemplo, en Colombia, conociendo lo que se nos avecina, a raíz de los cambios climáticos, según los conceptos y análisis de los expertos y científicos, ahora tan de moda en ignorarlos o en minimizarlos, deberíamos estar dedicados en recuperar y en restaurar nuestros bosques y selvas, para recuperar y tener las condiciones suficientes y necesarias para soportar o superar esas adversidades, y no en seguir insistiendo en las soluciones inmediatas del extraccionismo de los recursos naturales, como el modelo ideal de nuestro desarrollo. Pero la cruda realidad es que pasa el tiempo, y las cosas en vez de mejor, empeoran.
Por eso es crucial convocar y convencer a los demás seres humanos, sobre todo a las grandes mayorías abstencionistas, para que, en estos próximos procesos electorales, no solo en Colombia si no a través del mundo, se unan a los movimientos que convocan a un cambio de actitud y de la misma evolución del mundo, con la educación como la principal herramienta del cambio, y con la protección de los seres vivos y de los ambientes naturales como el único objetivo.
Porque todos sabemos de la importancia de los árboles para combatir la desertificación de los ambientes, ya que a través de sus procesos de respiración/transpiración los humidifican, y sin embargo es muy poco lo que se reforesta o se protege en la realidad, aunque al mismo tiempo no podamos desconocer ciertos esfuerzos, como que últimamente se han generado muchas leyes y normas, además de la creación o ampliación de varios parques naturales, pero que son insuficientes porque mientras tanto se siguen manteniendo los altos niveles de explotación y de destrucción de los recursos naturales.
Igualmente, hoy también sabemos de la importancia del agua, y que, según esos mismos estimativos, ésta, en un futuro, más cercano que tarde, tendrá más valor que el oro o cualquier otro elemento, pero, aun así, esta realidad la seguimos ignorando.
Entonces las preguntas que surgen son, ¿que hace que sigamos esperando para reaccionar a esta muy probable realidad?, ¿será que los fuertes intereses empresariales o individuales seguirán imperando sobre los generales?, ¿hasta cuándo?

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