LOS
CÓMODOS RECINTOS DE ALGUNOS MISERABLES
Una pequeñísima parte de la humanidad vive de fiesta permanente,
observando con indiferencia que las grandes mayorías a
duras penas coexisten,
mientras sobreviven con sus salarios de hambre, sin
que siquiera sea motivo de alarma
para sus vecinos, ni tampoco para sus familias, que dentro
de sus cómodos recintos
se conforman con mencionar por las redes lo feo que se
ve todo,
expandiendo, a través de los cables y sus alambres, con
los que se ayudan a comunicar,
multiplicar unas ideas sociales que en cualquier otro
lugar del universo serían inaceptables.
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