LA POTENCIA DE UNA FALSA IDIOSINCRASIA BIEN APLICADA
Aunque existe una
conciencia general, urgiéndonos a tener que cambiar la idiosincrasia,
insistimos como
especie en mantener inmodificables, tras el curso invariable del tiempo,
los mismos patrones y
modelos de sistemas de dominio social, por medio de los cuales
unos cuantos seres despreciables,
aunque sagaces, nos están llevando a todos dócilmente
por unos caminos ya bastante
conocidos, conduciéndonos hacia el abismo del descontrol
individual, y por
ende sobre unas sociedades desmembradas, con lo cual ayudan a permitir
que se instauren
imperios materialistas disfrazados en ropajes de democracias participativas
capitalistas o
socialistas, da igual, porque ambos formatos sirven para mantenerlas
siempre dispuestas al
dominio de individuos personalistas, concentrados y reunidos
entre corporaciones con
ideas paternalistas, aplicables sobre seres transformados en
nihilistas, o sea conformados
y satisfechos por creer fijamente que no son nada importante.
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