ASOMBROSOS
Y QUIMÉRICOS
Hemos caído tan bajo, que el tope de nuestro gozo existencial es la
sima
del pozo emocional, punto anatómico desde donde nuestros sentimientos
se regodean partiendo de los sufrimientos de otros, siendo éste, lugar
y parte
de la inconciencia orgánica, precisa secuencia de unos actos
irresponsables,
que luego sirven para evidencia como la fuente de nuestra violencia,
origen de la fuerte emanación de un odio quimérico, ubicado detrás de los
deseos,
el cual nos incita a actuar ante la mirada asombrosa de todos los
demás.
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