UNAS ASTILLAS PELIGROSAS, AUNQUE INOCUAS
E INANES
Son millones las
astillas imaginarias, inorgánicas e inmateriales,
compuestas por pulcras
mentiras, que están enterradas en nuestros cuerpos,
sin generarnos, como objetos
extraños bajo nuestra piel, infecciones mortales,
pues incluyen sucedáneos
morales con los que se inactivan las posibles toxinas
que producen los perversos
efectos de las enfermedades mentales,
en cuanto que está suficientemente
demostrado que éstas nos terminan afectando
las defensas
naturales, sin embargo, hemos evolucionado inversamente,
ha como se realiza entre
la naturaleza,
hasta el punto que creamos
escudos éticos que le proporcionan a la especie humana
la suficiente protección
psicológica para seguir mintiendo el tiempo que queramos,
por más que seamos,
paralelamente, conscientes de la descomposición del mundo
que llevamos
construyendo sobre las bases de una enfermiza corrupción.
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