LA EDIFICACIÓN DE UNA HUMANIDAD
DESESPERANZADA
Con cuerpos atravesados,
anclados y trazados sobre los espacios ocupados,
la humanidad no se cansa
de edificar las bases de unas sociedades estresantes,
entre sonidos desconcertantes,
que llevan a las personas hacia niveles desesperantes,
cuando debieran estar
siendo conducidas hasta fronteras relajantes,
para disminuir la intransigencia
que les causa la expectativa de una rutinaria violencia,
ya incrustada en medio de
las cortezas cerebrales de millones de seres
programados para ser cada
vez más desesperanzados.
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