RECUERDOS DE UNA AMANTE DIFERENTE
De ti nunca esperé nada, solo
me queda una eterna gratitud,
la cual se arraigó en mi
desde que partiste en mil pedazos
la idea de un contacto sin
sentimientos de amor,
basada exclusivamente en la
satisfacción personal,
para hacernos con
desenfreno un sexo físico y ventral.
Igualmente persisten las
migajas de unos actos recurrentes,
instantes de un amor
desobediente con los protocolos usados por la gente,
teniendo entonces recuerdos
viscerales, concentrados y demenciales,
consecuentes con dos seres
dependientes del placer emocional, táctil y placentero,
de besos permanentes en nuestras
zonas inguinales,
con nuestras locas lenguas
enganchadas, como si estuvieran soldadas,
y con las bocas atolladas
de nuestros efluvios pasionales.
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