ESTAMOS TODOS ANTE LA PUERTA DE UN INFIERNO
Son tantos los seres
humanos que hoy están haciendo fila
para entrar por una
puerta hacia un infierno,
siendo ese, el mismo lugar
que ha creado la especie humana
sobre la faz de un
planeta lleno con dolientes resilientes,
cual espectadores de
un espectáculo,
muchos otros están sentados
ante esa puerta,
para poder ver pasar, desde
allí, a todos quienes entran por ella empujados,
estrujados, engañados o
por sus propios medios,
creyendo encontrar en
su interior la fuente de la felicidad,
pues les han dicho, y desde
niños les han enseñado, que solo allí se encuentra,
junto al éxito
personal, a la riqueza material y al egoísmo más bestial.
La entrada a este
infierno terrenal se ha convertido en sitio de peregrinación,
desde donde, cada día,
cientos de empresas de comunicación transmiten,
en vivo y en directo,
para orgullo y satisfacción de sus dueños y gestores,
la llegada de millones
de seres confundidos, en estado de paroxismo emocional,
concentrados en sus
objetivos individuales, buscando allí, todos, lo mismo,
ser los dueños de
grandes fortunas materiales, personales,
así tengan que pisar,
para pasar, por encima de los cadáveres de los demás,
quienes a la par están
esperando hacer lo mismo,
desconociendo unos y
sabiendo todos, que una vez cruzada esa puerta
ya no hay vuelta
atrás,
cada ser queda atrapado
y condenado por sus acciones,
el arrepentimiento no
sirve, pedir perdón no tiene efecto,
como tampoco intentar devolver
lo dañado,
ya que adentro las
leyes naturales tienen tanta fuerza
que no existe ley
humana que las tuerza,
al mismo tiempo el
universo las refuerza, sellando para siempre la suerte
de cada individuo que
traspasó esa puerta.
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