SOMOS PEQUEÑOS Y ARROGANTES
Con las pequeñeces
que creamos, creemos hacer lo suficiente,
para corregir los grandísimos
errores que hacemos todo el tiempo,
sin considerar, ni prever,
que la realidad no se ha equivocado nunca.
La arrogancia que
mostramos ante los eventos que mal hacemos
nos oculta la
impotencia que sentimos por no poder hacerlos bien,
y los hechos son
constancias contundentes de lo torpes que somos,
al hacer permanentemente
mal lo que no podemos, ni sabemos hacer bien.
Mientras tanto, hay
un planeta que se deshace con cada nuevo acontecimiento,
así crea, la
humanidad que vive en él, hacer parte de un milagro sorprendente,
realizado por un ser
inexistente para el universo, y para el tiempo,
el cual recorre los
espacios que ese mismo ser deshace
sin saber que existen
miles de variables que prodigan una única realidad.
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