viernes, 22 de noviembre de 2019

DE CÓMO UN ACTO DE PROTESTA TERMINÓ EN UNA MANIPULACIÓN SOCIAL


DE CÓMO UN ACTO DE PROTESTA TERMINÓ EN UNA MANIPULACIÓN SOCIAL

Aunque en Colombia seamos uno de los países con más experiencias sufridas, y vividas, alrededor del miedo y el terror, aun así, y al mismo tiempo, somos una de las sociedades más ingenuas y manipulables al respecto, por lo que terminamos siendo uno de los países con una de las sociedades más desunidas del planeta.
Y esto que expongo se evidenció, cuando ante el hastío generalizado de la gran mayoría de los ciudadanos, por los altos niveles de corrupción y de violencia que padecemos, y ante unas propuestas de reformas económicas, pensionales y laborales, que quiere introducir el actual gobierno, para con ellas terminar de redondear un ambiente de injusticias e inequidades sociales; se convocó un paro nacional, y la realización de múltiples marchas de protestas para el 21 de noviembre, las cuales fueron realizadas de manera pacífica y masivas en casi todos los rincones del país.
Sin embargo, de un momento a otro, después de comprobarse y de evidenciarse que existía un apoyo de la mayoría de la población, a las marchas y al paro, de forma repentina empezaron a ocurrir hechos de vandalismo y descontrol, y a rondar mensajes, por las ahora comunes y recurrentes redes sociales, de la ocurrencia de hechos violentos y desaforados, generándose un temor generalizado, logrando con ellos desviar la atención, y el descontento de la ciudadanía, hacia unos hechos vandálicos y sin sentido, pues se comenzaron a atacar algunos conjuntos residenciales, sobre todo en la ciudad de Cali, en donde había ocurrido una de las marchas más multitudinarias; y también a algunos organismos y edificios institucionales, promoviéndose y provocándose un caos social, donde la extraordinaria jornada de protesta pasó de inmediato a un segundo plano, y los hechos de terror comenzaron a apoderarse de la siquis de la gente, desvirtuándose con ellos un acontecimiento de movilización social, y a la vez transformándolo en un momento de pánico.
Ahora resulta que a nadie le importa que le impongan más impuestos, y que les reduzcan los mismos a los más pudientes; ahora a nadie le interesa saber que se van a seguir recortando los derechos sociales, y que se van a continuar robando el erario; ahora a nadie le conviene conocer por qué y de donde surgieron esos vándalos, ni qué tipo de intereses hay detrás de esos hechos de terror y de violencia, porque cada quien, dueño de su propio miedo, enconchados en su pequeño mundo, solo quiere y aspira a vivir en paz, aunque sea a costa de la tranquilidad y del futuro de sus hijos, ya que después de todo, seremos sometidos a esas políticas y objetivos por los que habíamos salido a protestar y a marchar.
Sí esto que comento no tiene tintes de una gigantesca y absurda manipulación social, realmente estamos sometidos y locos.  
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