DE CÓMO UN ACTO DE PROTESTA TERMINÓ EN
UNA MANIPULACIÓN SOCIAL
Aunque en Colombia seamos uno de los
países con más experiencias sufridas, y vividas, alrededor del miedo y el
terror, aun así, y al mismo tiempo, somos una de las sociedades más ingenuas y
manipulables al respecto, por lo que terminamos siendo uno de los países con una
de las sociedades más desunidas del planeta.
Y esto que expongo se
evidenció, cuando ante el hastío generalizado de la gran mayoría de los
ciudadanos, por los altos niveles de corrupción y de violencia que padecemos, y
ante unas propuestas de reformas económicas, pensionales y laborales, que
quiere introducir el actual gobierno, para con ellas terminar de redondear un
ambiente de injusticias e inequidades sociales; se convocó un paro nacional, y
la realización de múltiples marchas de protestas para el 21 de noviembre, las
cuales fueron realizadas de manera pacífica y masivas en casi todos los
rincones del país.
Sin embargo, de un momento
a otro, después de comprobarse y de evidenciarse que existía un apoyo de la
mayoría de la población, a las marchas y al paro, de forma repentina empezaron
a ocurrir hechos de vandalismo y descontrol, y a rondar mensajes, por las ahora
comunes y recurrentes redes sociales, de la ocurrencia de hechos violentos y
desaforados, generándose un temor generalizado, logrando con ellos desviar la
atención, y el descontento de la ciudadanía, hacia unos hechos vandálicos y sin
sentido, pues se comenzaron a atacar algunos conjuntos residenciales, sobre
todo en la ciudad de Cali, en donde había ocurrido una de las marchas más multitudinarias;
y también a algunos organismos y edificios institucionales, promoviéndose y provocándose
un caos social, donde la extraordinaria jornada de protesta pasó de inmediato a
un segundo plano, y los hechos de terror comenzaron a apoderarse de la siquis
de la gente, desvirtuándose con ellos un acontecimiento de movilización social,
y a la vez transformándolo en un momento de pánico.
Ahora resulta que a nadie
le importa que le impongan más impuestos, y que les reduzcan los mismos a los
más pudientes; ahora a nadie le interesa saber que se van a seguir recortando
los derechos sociales, y que se van a continuar robando el erario; ahora a
nadie le conviene conocer por qué y de donde surgieron esos vándalos, ni qué tipo
de intereses hay detrás de esos hechos de terror y de violencia, porque cada
quien, dueño de su propio miedo, enconchados en su pequeño mundo, solo quiere y
aspira a vivir en paz, aunque sea a costa de la tranquilidad y del futuro de
sus hijos, ya que después de todo, seremos sometidos a esas políticas y
objetivos por los que habíamos salido a protestar y a marchar.
Sí esto que comento no
tiene tintes de una gigantesca y absurda manipulación social, realmente estamos
sometidos y locos.
______________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario