ESTAMOS PREDESTINADOS A SER INFELICES
Sufriendo por creernos infelices,
lloramos hasta cuando estamos felices,
y exhibimos frente a
nuestras narices los momentos ideales para sentirnos tristes,
inclusive enumeramos los
segundos que nos faltan para sentirnos miserablemente tristes.
Los humanos nos hemos
preparados para estar predestinados al dolor y a la tristeza,
para que cuando aparezca un
solo momento de alegría,
sea ella, la alegría, la
fuente de nuestras más grandes melancolías,
y podamos después sentirnos
con ella, la melancolía,
los seres más infelices y tristes
de este planeta.
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