lunes, 19 de agosto de 2019

BAMBOLEÁNDONOS EN MANADA SOBRE LA NADA


BAMBOLEÁNDONOS EN MANADA SOBRE LA NADA

Columpiándose en el pequeño espacio que el tiempo nos da,
la humanidad viene lanzándose a un vacío que no puede copar,
para enredar con sus manos las fibras de un tejido que no tiene que tocar.

En ese vaivén en que se mece, en un espacio sin límites,
disfruta de la inconsciencia que precede a un acto mortal,
sonsacando de su alma las respuestas que no tiene,
para con ellas poder dar razones de sus torpes acciones,
desplegando entonces con el tiempo una asincronía total,
entre el fundamento de la vida y la fuente de su propia muerte,
con las que, aun así, edifica el mundo presente
que no tiene ningún futuro en la consciencia individual.

Como manadas, los humanos transitamos este mundo palpable,
en el que experimentamos la disolución de la materia promovida por algunos,
que cual castillo de arena se disuelve en las manos de todos
sin que los dioses ni los diablos presentes en nuestros imaginarios
puedan afectar los resultados tangibles,
de un accionar que sin control agita el eje del diapasón que nos regula,
y en esto, el universo se expande cuando el nuestro se contrae.
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