NUESTRA ÚNICA SOLUCIÓN, PARA LA
SALVACIÓN, ES LA EDUCACIÓN
Mucho se lleva hablando,
en este país y en el mundo entero, sobre cuál es la principal causa de lo que se ha analizado, se considera,
y se asevera, como el origen de todos nuestros males, como naciones, y como humanidad;
concluyéndose que es la falta de una buena educación, y qué, sin ella, se está
provocando, y produciendo, una para unos total, o para otros parcial, ausencia
de una correcta enseñanza que irrigue unos sólidos principios éticos y morales universales,
y qué, y por lo tanto, ante esas fallas, en su aplicación, o de su correcta
implementación, se vienen derivando todas las deficiencias de esos criterios
éticos y morales de los individuos en nuestras vidas diarias, lo que al mismo
tiempo se viene traduciendo en la raíz de todos nuestros problemas, ya sea de
los Estados, o como seres humanos, pues sin esos principios universales se están
generando los errores, y las fallas, más garrafales de las personas, cuales son
el egoísmo, la indiferencia, la insolidaridad, la indolencia, la avaricia, la
usura, el desprecio a la más simples cooperaciones o ayudas sociales, o a las
más pequeñas diferencias conceptuales, como igual son el origen de la mayoría
de nuestras fobias, siendo entonces ella, la mala y la más absoluta falta de una
clara educación, la que viene exacerbando esas fuentes primordiales de todas
ellas.
Seguir ignorando esta
causal, en países y sociedades como las nuestras, no dejan de ser actitudes que
conllevan trasfondos peligrosos, engañosos, y hasta delincuenciales, pues al no
valorarlas, o tenerlas en cuenta directamente, se está volviendo, y haciendo,
una demostración muy evidente que tras de ello hay intereses turbios, como
también se están transformando en apologías al engaño, al delito y a la
corrupción.
Como conclusión de este
sencillo análisis, se puede inferir que la única manera de salvar al planeta, y
con él a la humanidad, y a los demás seres que lo habitan, radica en imponer urgentemente
una férrea educación en valores y principios éticos y morales universales, así
se mantengan las diferencias religiosas, políticas, étnicas y culturales entre
las diferentes sociedades humanas.
No entenderlo, y a la vez
no aplicar los cambios necesarios, para que se convierta la educación, de esos
valores, principios y criterios universales, en la principal premisa de la
humanidad, es actuar como simples brutos e inconscientes animales, aceptando
que la supuesta conciencia de poseer una inteligencia superior, a la de los
demás seres del planeta, no tiene ninguna injerencia ni importancia en nuestra
evolución genética, física y social, y que por lo tanto estamos sometidos a
unas fuerzas intangibles y superiores a nuestros actos, dejando en manos de unos
seres invisibles, e inventados por la propia humanidad hace mucho tiempo, desde
cuando supuestamente no éramos tan inteligentes, y esa decisión final y
fundamental, para nuestra existencia, se desarrolló y evolucionó.
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