NAVEGAMOS INSENSIBLES POR LA
IRRACIONALIDAD
Navegan tantos barcos humanos,
por el mar de la irracionalidad,
que estos se parecen a una
riada de aceros sobre una caduca moral,
donde, en las cubiertas,
sus capitanes se regodean de
las absurdas ordenes que dan,
al dirigir sus quillas para
estrellarse contra la propia humanidad.
Mientras se ahogan en la
indiferencia general,
millones de seres humanos
ven sin asombro la cruda realidad,
al hundirse sin reparos
ante la mirada de millones que los desprecian sin recelos.
Hoy, así, somos un mundo lleno
de insensatos,
que se congratulan por
estar vacíos de modelos a seguir,
pues prefieren la certeza
de unas muertes frías y planas,
de aquellos que se ahogan ante
ellos,
porque buscaban una
esperanza, la que se transforma en una propia,
esa que muere sin
remordimientos y sin penas al dejarlos hundir.
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