LA SOCIEDAD ES LA TAPA CON QUE SE
ENFRASQUE LA HUMANIDAD
Encima de cualquier
sociedad no debe haber nadie,
ni un dios ni un hombre
que se crean superior a ella,
como igual entre el tejido
de una sociedad no puede haber nada,
porque si lo hay, se
separa y se desvía de su objetivo original,
que es ser lo que en
esencia es,
o sea, una reunión de
seres en igualdad y en libertad,
y debajo de ella no tiene por
qué existir ni su sombra,
porque entonces se deforma
el fundamento de su razón de ser.
Sí la humanidad, que es el
inicio de donde surge toda sociedad,
no entiende ni hace
respetar esta misión y su función,
cada ser humano entra, al
instante de nacer, en una guerra sin cuartel,
perdiéndola quienes nacen
sin saber, y sin tener una base de poder,
permitiendo entonces entre
todos, de inmediato, una cruenta división,
con la que se producen y provocan
las cientos o millones de batallas
que generan el dolor por
tantas muertes, de nosotros y de otros,
que constantemente vemos hoy.
El que haya muchos humanos
que no quieran convivir en igualdad y en libertad
no puede ser motivo suficiente
para que no exista la sociedad,
por el contrario, deberían
ser ellos los primeros,
quienes queden por dentro
de un esquema universal,
por más que actúen por fuera
de cualquier proyecto de sociedad.
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