UN
MANICOMIO LLAMADO COLOMBIA
Somos un país que convulsiona a cada momento
sobre sus propios vómitos y excrementos éticos y morales,
con los que al final se terminan atollando las conciencias
de todos sus habitantes,
hasta el extremo que es la muerte, la propia y la ajena,
la que riega el suelo que sustenta nuestros sueños,
para despertar cada mañana con la ilusión refundida en el
miedo,
también en la violencia, la ilegalidad y la corrupción.
Colombia hoy se parece a una terrible y temible clínica de
locos,
donde su congreso se comporta como el médico incapaz,
aquel que le receta con sevicia a su paciente un
tratamiento de choque y sin sustento,
con la fiel creencia que es con la aplicación y la multiplicación
de la violencia
como le puede devolver a la razón
y resolver con ella una enfermedad que se incrementa por su
método.
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