ESA
MUJER DE AYER NO ES LA MISMA DE HOY
Siendo ayer una mujer joven e inexperta,
viéndote buscarme y yo no quererte,
te enseñé a encontrarte al hallar en ti,
con la punta de tus dedos, la cima del placer en tu propio
cuerpo.
Hoy, cuando soy yo quien te busca con denuedo,
me hallo ante otra mujer, muy distinta a la del ayer,
dueña de sí misma, sin necesidades sexuales ni emocionales,
quien, en cualquier momento, y en cualquier lugar,
encuentra el lugar y el momento para disfrutar de sí,
sin necesidad de otros, haciendo de los deseos un final de
locos,
pues cuando necesitas completar el clímax,
solo es cuestión de un pensamiento para poder llegar a él,
transformado a tu pareja en un simple instrumento de placer.
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