DEPORTAR COMO DEPORTE

 

DEPORTAR COMO DEPORTE

Deportar no es el deporte que parece hacer normal el loco que dirige al imperio, a través de improperios, yéndose en contra de unos infelices migrantes, antes felices, porque habían sido atraídos para vivir el sueño americano, hecho ahora una papilla, después de la pesadilla que les quieren imponer los orates que insisten en realizar redadas, para atrapar y enredar en sus redes de inmoralidad manifiesta entre las perdidas morales que profesan los millones de seres indolentes e inocentes, a los que prometen deportivamente deportar. 

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