LAS CIUDADES COMO VESTIGIOS DE CÁRCELES
Por laberintos emocionales se conduce a una especie humana sumisa, llevada hacia metas presupuestadas por aquellos que la quieren ver derrotada ante sus propias ambiciones, opacadas por las codicias de otros pocos, enfrentando los anhelos generales de rebaños de gentes apiladas entre sociedades encerradas dentro de los muros de ciudades, enseñando vestigios de estar desgastadas por los arañazos expuestos en las paredes, luego de los esfuerzos que realizan quienes tienen prisas por salir de los infundios instaurados para encarcelarles los sueños de una grandeza comunal y social, alguna vez idealizados como probables objetivos de todos.
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