TODO SER VIVIENTE ES FUENTE DE PUTREFACCIÓN

 

TODO SER VIVIENTE ES FUENTE DE PUTREFACCIÓN

 

Todo ser viviente se termina descomponiendo, y sus fétidos excrementos

se acumulan entre los intersticios espaciales que se tienen que comprimir

bajo el volumen de sus pesos alrededor, drenando luego los miasmas

que expulsan los desechos a través de contenidos orgánicos,

enfermando la materia por procesos que incluyen desalojos elementales

sobre un planeta en plena demolición desde la soledad de las canteras

abiertas como heridas putrefactas contra su corteza desprovista de protección.

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