LOS HILOS QUE, AUNQUE NOS ENLAZAN
A UN MISMO ORIGEN, SIGUEN ESTANDO INVISIBLES
Entre los seres vivos
existe un lazo que nos une a todos, y aunque parezca invisible es inmodificable
e irrompible,
pues desde la gran
explosión se ha encargado de la conversión celular y molecular,
la misma que se generó
a partir de un mismo ser, pequeñito, simple, arcaico y elemental,
la célula procariota,
la cual es la fuente de la vida en particular y de la variación genética en general,
ya que fue con ella que
se dio el origen de todos los procesos que hoy conocemos y llamamos la
evolución.
La humanidad en masa
pretende seguir de espaldas a la realidad que aquello significa,
ignorando este suceso
singular, aunque desde hace mucho tiempo sea la propia ciencia la que lo descubrió,
lo evidenció y lo ratificó,
prefiriendo creer en hechos imposibles e irreales, rechazando de plano un acto
natural.
Desde allí, entre las
sombras de su desarrollo intelectual, se esconden las certezas de un organismo
sin igual,
dándole desde entonces
valideces a los conceptos más errados, y por consiguiente rechazando a la única
verdad,
transformando en
verdades las falsedades más abismales, las cuales parten de las ideas de unos
pocos locos,
volviendo en
pesadillas las realidades de todos, desechando los hilos que componen al lazo
original.
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