LO QUE PESA INDIVIDUALMENTE EL
LASTRE DE UNA LOCURA COLECTIVA
Desde hace mucho
tiempo, nos hemos acostumbrado a lastrar nuestras vidas,
con tantas cargas psicológicas,
que su peso nos obliga a perder el juicio,
haciéndonos ignorar
todas las evidencias,
que claramente demuestran
a una realidad colectiva inmersa en nuestras propias desavenencias,
en contra de la
esencia natural del principio que rige a la vida en general.
Cada ser humano es potencialmente
un loco, y a las ciudades, en las cuales nos hacinamos,
como igual les sucede
a las sociedades que en ellas practican el estilo de vida que utilizamos,
poco les incumbe el
tema, pues los hechos cotidianos se han venido sustentando
en la irradiación
de unos sistemas sociales desquiciados y extremos,
donde todos participamos
sin cuestionar sus métodos, ni tampoco sus resultados,
muy por el
contrario, la mayoría exigimos aplicarlos de inmediato,
ya que quien no los
llega a usar, termina siendo tachado de bicho raro y equivocado,
etiquetado incluso de
anarquista, comunista, pendenciero o guerrillero,
además, que cada
quien, inmerso en su locura personal,
reclama y solicita
ser obligado a ser manipulado, abusado, exprimido y explotado,
aun a riesgo de
caer en la locura profunda de un problema desbordado, sin sustento y descarado.
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