miércoles, 2 de septiembre de 2020

DIOS ES EL TIEMPO QUE PERDEMOS EN NUESTRA LOCURA

 

DIOS ES EL TIEMPO QUE PERDEMOS EN NUESTRA LOCURA

 

El tiempo marca una cadencia que nadie puede mantener,

baila con un frenesí que todos tenemos que seguir,

dicen que es el espejo donde se refleja Dios,

cuantas veces quiera éste mirarse a sus ojos y decidir lo que quiere.

 

Sus horas eternas se dividen en series pulsantes de energía,

consumiéndose en ellas la materia conocida, a la que después descompone,

manteniendo a la vida como la fuente de una masa que amasa y tritura,

transformándola en periodos perpetuos, al vaivén de su fuerza,

estirándola luego, hasta hacernos creer que podemos alcanzar con ella al infinito,

allí donde nuestro universo se convierte en un punto finito,

y nos pone a marchar a un ritmo demencial, con el que estamos arrasando al mundo.

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