PIRÓMANOS CONTRA LOROS
Nos hemos
acostumbrado todos a decir, como loros,
lo que unos pocos
quieren oír, y que nosotros repetimos sin cesar,
manteniendo así unas condiciones,
que parecen sutiles e inocuas,
pero que son suficientes
para maniatarnos y dominarnos.
Subyugados por ellas,
no podemos cambiar unas
circunstancias que se volvieron permanentes,
con las que se permea
al mundo, ante el aguandal lanzado con nuestras críticas,
pero que se derrumba
tras el voraz incendio de injusticias que lo consume,
sin que frente a ello
se genere una reacción colectiva a una ya segura destrucción.
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