LA HUMANIDAD NO ES ATLAS
Cargando sobre sus
hombros el destino del planeta,
la humanidad se
encuentra aterrorizada por la responsabilidad que tiene,
y ante los
sentimientos que le provoca este terror, se siente petrificada,
como las rocas de un
desierto, como la nieve en el polo.
Así es como millones
de almas, y de mentes,
han dejado en manos de
unos cuantos dementes las decisiones generales,
para que con ellas se lleve
a la muerte a sociedades enteras y totales,
sin qué, por ello, se encuentren
las razones suficientes para un cambio de actitud.
Es tan leve y vaporoso
el etéreo concepto de humanidad,
por más que en él estén
implicados todos los seres que la conforman,
que no tiene forma ni
fuerza para cambiar este destino que la destroza.
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