EL
EPÍTOME DE UNA HISTORIA CUÁNTICA
Rodeado por la antimateria, y en la estrella más lejana de
una galaxia desconocida,
explotó algún día un protón,
del que surgió la materia oscura y el universo por muy
pocos conocido,
compuestos por electrones enloquecidos, quienes son la base
de la materia viva o muerta,
de la que está formada todo, sea esto orgánico o inmaterial.
Secuencias de cadenas de aminoácidos, y de muchos otros ácidos,
se mezclan y se entrelazan sin control,
propiciando un orden establecido por la suerte y el azar,
y de aquella loca mescolanza nacen unas hélices que se
entremezclan entre ellas,
creándose el mundo como lo es hoy.
Siendo este el epítome de una larga historia,
que ahora se deshace velozmente en unas manos equivocadas,
la de aquellos cuantos que se creen los seres más capaces,
porque acumulan riquezas materiales,
cuando en realidad son los más ineptos para entender para
qué está hecho este universo.
Sin comprenderlo, sopesarlo ni analizarlo,
la humanidad les ha dado a ellos el poder para ser el más absurdo
agujero negro,
por donde se vierte y se pierde la más grande creación qué
parecía dar origen a una extraordinaria evolución,
y la que era la solución de una mecánica cuántica,
en el paraíso soñado por el único ser que lo podía ver y
entender.
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