LOS
MUROS MISERABLES
En un planeta que se está llenando de culpables,
los somos tanto los que hacemos como los que omitimos actuar,
siendo así como hemos ido encerrando al mundo detrás de
muros gigantescos,
tras los cuales se escudan monstruos inhumanos
que después pregonan su inocencia cuando ven a otros
naufragar tratando de atravesarlos.
Entre ellos encontramos entonces a los políticos despreciables
que utilizan el odio y la falsedad para gobernar y luego alborotar,
como también a los científicos irresponsables,
que son capaces de esbozar, con sofismas misteriosos, una
razón a medias,
y después con ella crear la desazón que sienten los que
ignoran una verdadera solución.
En estos momentos tan aciagos, cuando reina la mentira general
y la soledad individual,
la humanidad no está alcanzando a comprender que nos están arriando
como al ganado,
para generar así miedos infundados y con ellos lograr réditos
desbocados,
con los que se alimentan los que buscan dominar a todos,
así sea a costa de convertir la Tierra en un desierto tenebroso,
y a los países en unas cárceles disfuncionales.
Por eso estamos prefiriendo conquistar primero a Marte, por
ejemplo,
que arreglar la vida sin futuro de millones de seres incansables,
que, aun así,
se arriesgan incluso a morir al intentar superar esos muros
miserables,
e insalvables por la desidia general.
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