PARA
EL MUECO QUE AHORA SOY PARA TI
Desde que soy un desdentado emocional he tomado la vida con
desdén,
tan es así que ahora mastico con las encías a tu corazón,
desgarrado por las mordidas de unos dientes nacidos en mi
razón
y por eso perdidos en la caneca de tu desamor.
Mis anteriores mordiscos, sobre tu corazón, eran acaso someros
y a escondidas,
en cambio, hoy son simples intentos de una tremenda frustración,
que se diluye con el tiempo que pierdo buscando tu cuerpo,
escudado tras tus armaduras, tan duras como las dudas que
esgrimes.
Entonces paso siglos esperándote,
rogando que en cualquier instante te vuelvas a desnudar,
y te quites de encima las prevenciones que has ido creando sobre
mí,
que, como murallas con sudaderas, me ponen a correr sin ningún
destino,
y así haciéndome consciente de mi incapacidad de poder volverte
a morder.
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