LA SUERTE NO DEROGA RESPONSABILIDADES
Sí aspirara a ganarme alguna lotería, por si acaso puede eso significar que soy un codicioso, entonces por ello me asimilo a cualquier otro ser de aquellos que desean amasar fortunas, a pesar de constatar con indiferencia la indigencia en la que conviven grandes poblaciones indolentes, acostumbradas a la cultura de profesar pobreza extrema, para que sus intelectos sean precedentes de la indecencia popular, frente a la realidad propia, amoldándose a las avaricias ajenas que sienten y quieren quienes no sienten culpabilidades propias, al saber que la suerte es suficiente motivo para celebraciones individuales alrededor de una felicidad surgida ante las responsabilidades derogadas por los premios de imprevisto obtenidos.
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