TIEMPOS AQUELLOS
En cuanto
nos hacemos viejos no recordamos cuándo fue que nuestros cuerpos formaron el
nudo ciego que ahora pareciera quererse desamarrar sin tomar en cuenta la
paciencia que nos tuvo el tiempo para atarnos alrededor de un sentimiento común,
dónde aunque pensáramos distinto actuábamos unidos bajo los ardientes deseos de
una pasión erótica y emocional que hacía quemarnos vivos tras cada acto de amor
que surgía de repente, al tocarnos o por simplemente mirarnos, y que estamos olvidando
tras la frenética decrepitud de abrazarnos entre la rutina de una costumbre que
nos congela la sangre.
______________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario