SOMOS CUERPOS VIRTUALES EN MEDIO DE UN
INFINITO FLUIDO
La humanidad deja que fluya
el tiempo mientras, sus integrantes individualmente, recorremos el espacio adscrito
a él como células indivisibles de unos tejidos cocidos por los hilos de una red
inescrutable e indestructible, con la fuerza suficiente para multiplicarse a
partir de instantes fugaces y moribundos entre momentos compuestos de universos
finitos, componentes del total, en donde paralelamente se reproducen ideas que
brotan de seres incapaces de controlar la realidad, ya que ésta es mucho más
fuerte que la fuente que emite la energía de unos cuerpos virtuales, expuestos
al infinito nuclear de un comienzo sin final.
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