UN REZO PROFANO
Naturaleza divina, tú que conoces muy bien mi grima,
adivina con creces mi condición, y dile a la suerte mi posición,
para que mañana me encuentre, y entonces despierte en una distinta situación,
dándole a la vida resolución entre todas las marañas de mi confusión.
Vengo, desde hace tiempo, jugando a la fortuna, una y otra vez,
como si fuera la única manera de darle apertura a una nueva vida,
señalándole, de paso, el camino que le permita hacer la conexión
entre mi cielo y la tierra, igualmente entre los sueños y el suelo,
para que luego se integren al revuelo que existe entre la realidad y mi
ilusión,
en cuanto intento, al final, desconectar a la muerte con mi vida.
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