NUESTRAS
EXPLOSIONES CEREBRALES
Hay millones de electrones en nuestras cabezas,
que por su vibración se convierten en nuestras masas encefálicas,
para luego estrellarse en cascada contra nuestros conceptos
y recuerdos,
agitando a las neuronas sin descanso,
de donde surgen sin fin las historias que pensamos son la
realidad.
Nos sumergimos después en ellos sin reparos, como si fueran
la única verdad,
naufragando en escenarios imaginarios y con los sentidos
deformados,
para intentar hacer conciencia de una propia realidad al mismo
tiempo que los demás,
provocando entonces realidades paralelas que producen verdades
antagónicas,
y con ellas, nuestro mundo se desquicia y el de todos se destroza,
generando una reacción en cadena que derrumba esa única realidad.
Los otros seres sobre este planeta se tienen que enfrentar,
minimizados, ante un ser magnificado,
quien no pone ni le tiene límites a su enferma y loca convicción
de tener siempre la razón,
por más que esos electrones, que nos explotan una y otra
vez en nuestros cerebros,
nos demuestren con los hechos materiales lo equivocados que
estamos.
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