LA
VIDA NO TIENE SUERTE DONDE EL PATRÓN ES LA MUERTE
Perdidos en la frontera entre la desconfianza y el temor,
muchos seres humanos encuentran en la venganza y el dolor
el único camino que les restablece la esperanza y el honor.
Así es como hoy hordas humanas se parapetan en el odio
hacia los demás,
para liquidar sin remordimientos, ni miedos, a quienes consideran sus enemigos,
convirtiendo a la Tierra en el escenario permanente de
violentas batallas,
que se libran a diario, transformando la vida de todos en
una guerra sanguinaria,
de la que nadie se salva, haciendo del amor y del perdón unas
palabras sin sentido,
y a los sentimientos de culpa en una extraña sensación,
de la que todos se burlan y se apartan,
para poderse entonces aferrar a la muerte como si fuera el único
patrón
que rige la suerte de los que imponen su visión.
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