NUESTRO
BARCO A LA DERIVA
Muchos navegamos por el océano del destino incierto como un
barco a la deriva,
sin levantar el lastre que nos amarra al fondo de nuestras
vidas,
aunque suceda esto en los buenos o malos días,
mientras otros pocos se mantienen flotando de un lado al
otro,
pero el asunto es que como especie no buscamos los mismos
objetivos.
Entre tanto el planeta se destruye sin que encontremos un
remedio conocido,
que hemos terminado siendo tan volubles e indolentes,
al preferir soñar en mundos desconocidos,
antes que reformar los daños cometidos.
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