ENTRE
SANTOS Y DEMONIOS SOLO HAY PERSONAS CON TEMORES
Demonizarnos por deporte es igual de malo que santificarnos
sin esfuerzo,
pero como somos acuciados por nuestros propios miedos y
temores
desconocemos los objetivos de los que persiguen estos principios,
sin embargo, vivimos suponiendo y sentimos sin vivirlo.
Por eso la humanidad no puede imaginar todo el mal que se
provoca,
solo alcanza a sospechar del tenue dios al que se invoca
con fervor,
con el que aparecen luego seres que a su nombre dominan y se
coronan,
para que al final nada cambie y entonces los males se trastoquen
sobre quienes acumulan bienes sin tener intenciones de compartir
o repartirlos,
pero si motivos de engañar a los fieles que les siguen y
les creen,
suponiendo alcanzar aquellos lo que nadie les dará.
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