NO
MÁS SOLUCIONES INGENUAS NI PARCIALES
Estoy totalmente en desacuerdo con los medios de
comunicación que vienen proponiendo, como solución a los graves inconvenientes
del actual fiscal, un fiscal “ad hoc”, pues con esa propuesta caen en el
simplismo y en la ingenuidad tan generalizada en el país, de que con soluciones
parciales es como se corrigen los graves problemas que nos acosan en todas las
instancias de nuestra corrupta institucionalidad.
Lo que se necesita urgentemente es dejar constancia de un
precedente sin antecedentes en nuestro país, destituyendo inmediatamente al
fiscal general, Néstor Humberto Martínez, y nombrando uno nuevo sin tantos
lastres, pues con sus actuaciones, y con los apoyos que ha venido recibiendo éste
de la clase política, económica y dirigencial, con las que ha tenido vínculos
muy cercanos y con quienes ha trabajado constantemente, está dejando en
evidencia la laxitud moral y ética que impera en Colombia, y lo que es peor
aún, con dos personas muertas de por medio, matizando con ellas más la
impresión que aquí la vida de las personas poco importan, y que por el
contrario, cuando estorban, o se es honesto, es mejor quitarlas del medio.
Claro está que esta propuesta que hago es como pedirle
peras a un olmo, con un gobierno como el actual, que está respaldando y encarnando
a uno de los movimientos políticos más controvertidos de nuestra historia
reciente, al Centro Democrático, caracterizado por intentar horadar la poca y
tenue institucionalización que aún tenemos, además de este estar contando con
el apoyo de la mayoría de los partidos tradicionales, que han sido los que han
estado y vienen cooptando a las instituciones públicas desde hace mucho tiempo,
convirtiendo al erario público en su botín, por lo que en últimas termino
siendo yo mucho más ingenuo que los mismos medios de comunicación, pero aun así
insisto en mi propuesta y consideración, ya que estamos en un momento clave,
cuando se han venido visibilizando bastante los males que tanto nos aquejan.
Nombrar un fiscal “ad hoc”, es parecido, o muy similar, a
las torpes soluciones que tomamos a cada rato, cuando explotan las evidencias
de los contratos amañados, en las licitaciones de las obras públicas, y se
terminan nombrando tribunales ajenos a nuestra justicia, dizque para garantizar
la neutralidad, cuando en realidad estamos ayudando al expolio de nuestras
finanzas públicas.
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