EN
DONDE NO HAY UNIÓN HAY IMPOSICIÓN
Con relación a la reforma tributaria que se nos viene
encima, se puede afirmar que, a nivel mundial, y de lo que es sabido por toda la
humanidad sobre los fundamentos de lo que es justo o injusto en materia fiscal
y de impuestos, o sea lo que hace a un país o a una sociedad ecuánime al respecto,
ya todo es conocido.
Como también son conocidas todas las fuerzas que se ejercen,
a través del lobby ante los congresos de los países respectivos, y a través de
partidos y movimientos políticos creados o fundados para defender esas fuerzas,
para que con ellos se procuren y obtengan que los orígenes de estos recursos no
provengan de las clases más pudientes ni de las instituciones financieras regionales
e internacionales, como los bancos nacionales y extranjeros, y el FMI, poniéndole
control o límites a las tasas que cobran por los préstamos que otorgan, como igualmente
controlando a las grandes empresas y corporaciones, además de a las élites
regionales, con las cargas impositivas optimas y justas que deben éstas tributar;
sino con impuestos generales que salgan y provengan de todas las capas de las
sociedades, tengan éstas o no los suficientes recursos para hacerlo, afectándolas
al obtenerlos a partir de una mayoría de impuestos regresivos cuando éstos son aplicados
a todos los productos que se consumen en una sociedad, por medio del impuesto
del valor agregado, IVA, difiriendo y repartiendo de una manera injusta una responsabilidad
económica, la que en sana lógica debe ser dividida ecuánimemente, lo que
significa que racionalmente deben pagar más impuestos los que más ganen en un
país o en una sociedad.
Dicho lo anterior se puede deducir que no se necesita ser economista,
contador público, experto financiero, mago, científico ni especialista en el
tema, para entender y asegurar que la reforma tributaria que se nos avecina en
Colombia no es para nada progresiva, lo que en el argot de los economistas significaría
justa, pues lo que están intentando hacer esas fuerzas políticas, y esos lobbies
específicos, son diluir las responsabilidades económicas en todo el espectro de
nuestra sociedad, que como la colombiana tiene graves problemas de composición
y de reparto de la riqueza, al no considerar los niveles de ingresos, recursos
y ganancias individuales, imponiéndonos unos impuestos regresivos, como lo es
ampliar la base del IVA hasta a los productos básicos de la canasta familiar,
afectando de una manera cruel a todos los hogares del país, sin ningún tipo de
consideración distinta a proteger a aquellos que debieran pagar más, al saberse
que tienen y ganan más.
Se podría decir entonces que son gajes del oficio, o sea
que todo lo que nos está pasando, y lo que nos va a seguir ocurriendo, se debe
única y exclusivamente al hecho claro y conciso de ser una sociedad desunida e
indolente, lo que permite y facilita a esas fuerzas, que por lo general son minorías,
a que se aprovechen de estas circunstancias imponiéndonos erróneas reformas
políticas o tributarias.
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