ALMAS
DE ACERO CON CABEZAS EN CERO
Templando al alma como el acero,
la humanidad no nota su propio desespero,
haciéndose ciega y sorda de sus sufrimientos y lamentos,
para poder seguir destrozando así el camino de su destino.
Sentimientos como el amor estorban,
ideas como el perdón molestan,
creencias como colaborar aterran,
porque hoy solo sirve tener sin que importe para nada no
creer.
Edificados con un corazón de hierro,
se alzan por doquier las moles que derrumban el saber,
mientras tanto van muriendo en todo lado,
las sociedades que levantaron de la nada a un simple ser,
¿pero acaso hay algo que se pueda hacer?,
cuando lo que ahora prima es poseer las ganas de hacernos
daño,
y lo que nos hace falta por montones es entenderlo.
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