LA
FUERZA DE LA COSTUMBRE
Acostumbrarse al terror,
siempre ha sido una decisión individual,
pero esta surge tras una convicción social,
que ha sido implantada en la memoria personal,
para qué y con ella,
el asesino imponga el miedo,
como si fuera algo normal.
Las personas se acostumbran con el tiempo a él,
mientras la materia se transforma sin esfuerzo de ella,
y el intento general por lograr cambiar,
se convierta en la ilusión impersonal,
de toda aquella sociedad que se niega a aprender,
para que en la Tierra todo siga igual a como va.
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