RESURGIMIENTOS APRESADOS
Al irnos a dormir ingresamos al interior de un espacio cercano a la muerte, aunque las neuronas nos recuerden sueños específicos de la noche anterior, lo cual nadie puede certificar no realicen quienes cambian de dimensión y se van de estos planos espaciales, por eso el despertar es un retornar para retomar una vez más el hilo conductor de una existencia dejada pendiente, con la intención de renovar resurgires latentes de proyectos inconclusos, convertidos en imposibles de concretar ante una realidad que ha sido apresada por seres que cuantificaron al tiempo y cosificaron a las demás criaturas, por causales especificas de una pasividad natural compartida y recurrente referente de la incuestionable inseguridad general, incluso entre los responsables de hacernos reos de modelos de vida irrealizables e inalcanzables.
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