UNA ESPECIE QUE ACEPTA QUEDARSE SIN ESPACIO
Habiendo optado conscientemente por encementar nuestros entornos, las consecuencias por decidirlo se concretan aceleradamente sobre ideas de prosperidad concebidas cual cubículos para encerrar esclavos, de igual modo las fronteras naturales se contraen, hasta comprimirse en minúsculos espacios, tan pequeños y degradados que vuelven crónicos los movimientos limitados de una especie que ha aceptado sumirse en una extrema sumisión, la cual han ofrecido magnánimamente los que no pensaron en los múltiples factores que se escinden de los resultados que exhibe la realidad, sin que se puedan revertir sí se mantienen inmodificables los esfuerzos de multiplicarlos exponencialmente, las sociedades humanas que aceptaron coexistir bajo estos procedimientos simplemente aguardan el momento exacto para percibir el final de todo.
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