UN YO FATÍDICO
El día que nací fue un instante fatídico para todas
las certezas que requería el
mundo compartido por todos,
pues no era yo el objeto esperado para ser el
requisito necesario
por medio del cual las fuerzas naturales buscaban confrontar,
para poder desconocer, una
secuencia indefinida de objetivos, ya desde hace
mucho tiempo estipulados, establecidos
y definidos por y entre los variados
intereses que han sido impuestos, a través de una mentalidad siempre
dispuesta a desconocer todas las respuestas que se deben proporcionar a los
millones de seres que se preguntan qué tienen que hacer unas sociedades
cansadas y hastiadas por mantener vigentes e inamovibles los conductos
regulares con los que nos vienen convirtiendo, como especie, en individuos sin destino.
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