SERES CRUELES ENTRE PARADOJAS
Que el rebote de un
balón de futbol, pateado por unos pocos deportistas, mercenarios del
dinero, logre hacer olvidar,
así sea por un momento, los desesperados intentos que están
dando detrás de múltiples
necesidades millones de seres vivos, hace parte de las crueles
paradojas en las que
se debate una especie egoísta e individualizada, al mismo tiempo que
desaparece velozmente
mientras se va reproduciendo sin control, en cuanto se está
multiplicando sin límites
sobre un planeta al cual consume en medio de su destrucción.
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