ABSURDAMENTE
CONVENCIDOS DE UN RIDÍCULO
En medio del hambre solo hay agua sucia,
y en el centro los hombres tienen paraguas
con los que se amparan de los desastres que les acompañan.
Adentro del mundo todos hacen patrañas,
y por el lucro afuera los seres se despaturran
sin que en la esfera entre tanto nadie se aburra.
Clamando sus penas viven millones,
que desgajan las peras de los perales,
mientras arrancan los árboles creando desiertos,
y al final con sus penas a duras penas dan conciertos sin
agua.
Es tan absurda la actual situación
que se hace el ridículo por convicción
y en la espera se espera algo mejor
cuando todos lo hacemos mucho peor.
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