PASEANDO CON UNA PERIPATÉTICA MANERA DE FALSEAR LA REALIDAD

PASEANDO CON UNA PERIPATÉTICA MANERA DE FALSEAR LA REALIDAD

Con peripatéticos discursos,

ahora los patéticos insultan los impulsos que los transforman,

ya que creen ver en ellos a unos insulsos,

como son ellos,

para que los dominen para siempre los sistemas.

Hoy hay leyes nuevas,

como hay nuevas normas,

expedidas en góticas y a las carreras,

para que nadie se equivoque,

y así las usen para cerrar las bocas de aquellos que convocan.

Porque las protestas las han convertido en carnavales,

como igual han convertido las mentiras en verdades,

y así ya nadie las recuerda ni las usa,

ni se equivocan al convocar a bocas parlantes ni pensantes.

Desde entonces,

peripatéticas mujeres exhiben como trofeos sus cuerpos y placeres,

en las esquinas de las plazas,

donde confluyen dos caminos,

el de la izquierda,

que siempre va a una iglesia donde se pueden confesar,

o a la derecha que va hacia las casas,

donde se repiten para siempre los errores,

y se forman las castas con que nos han castrado hasta la razón.

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